LEGALES Y QUEMADOS

LEGALES Y QUEMADOS
Hola a todos de nuevo después de mucho, muchísimo, demasiado tiempo sin noticias nuestras. No es que no hayamos hecho cosas interesantes, es que no tenemos tiempo, cuando no estamos dedicados en cuerpo y alma a la cerveza, lo estamos a los apuntes. Cada vez la carga de trabajo es mayor: trabajos, exámenes, trabajos para el master (en el caso de Antonio), para los que se pensaban que esto es jauja y que por ser españolitos estábamos aprobados que se les vaya de la cabeza.
Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido no pienso hacer un resumen de lo hecho desde la última entrada, así que directamente me iré a este fin de semana, más concretamente al viernes y al sábado.
Debido a que no hemos sacado la visa con la que seriamos absolutamente legales en este país, nos hemos visto obligados a abandonar tierras argentinas aunque fuera por unas horas para obtener el tan preciado sellito que pone: “Entrada-90 días turista”, bien, conseguido con esto ya tenemos hasta que volvamos, sí, de nuevo somos legales.
El viernes se fue Antonio, por una serie de contratiempos no pudimos hacer el viaje el mismo día, así que el fue el viernes con Érica (una amiga catalana) y yo me marché sólo el sábado.
Fuimos a Colonia, una ciudad pequeñita que está a 1 hora en buque de Buenos Aires. Según me comentaba el taxista que me llevo al puerto, hay que ver Colonia, como ciudad histórica, luego Montevideo, como el verdadero Uruguay y por último Punta del Este como el Uruguay turístico, de momento nos hemos quedado en Colonia, pero en un futuro, al menos yo, me gustaría pasar un par de días en Montevideo.
El viaje salió bien, obtuvimos nuestro sello, montamos en buque, vimos la ciudad, alquilamos una bici con la que recorrimos el pueblo. Aunque fuéramos separados esto vale para los dos porque hicimos, salvo contadas excepciones, exactamente lo mismo.
Tan, tan parecido fuel el viaje, que incluso nos echamos la siesta casi en el mismo sitio, provocando con ello quemaduras de 2º grado en las piernas de Antonio y de primer grado en mi faz y extremidades superiores. No recordaba lo que molestaba cuando el sol te quemaba, pero es horrible, desde ayer en esta casa sólo se escucha, además del fútbol:¡¡joder, como duele coño, dios es que me he abrasado, ah la ostia no puedo ni ponerme el pijama, buff, me hacen daño hasta las gafas!!. Nos hemos comprado una Nivea Aftersun, pero admitimos recomendaciones.
Como siempre cierro esta entrada prometiendo publicaciones más habituales, pero ya sabéis que no lo vamos a cumplir.
Un abrazo para tod@s.
Antonio y Óscar.